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- Julian de Tolosa
Casa Julian de Tolosa
Cava Baja, 18
28005 - Madrid
913 658 210
Tras disfrutar de una soleada mañana paseando por el centro de Madrid y alucinando bastante con la cantidad de gente que puebla bares, tascas y demás chiringitos de esta zona, decidimos ir a comer a un sitio cercano pero con un poco más de tranquilidad de lo que reinaba por allí.
Había oido hablar muy bien del Casa Julian (en Tolosa), por lo que decidimos arriesgarnos con el de Madrid (muy diferente no debería ser, pensamos...).
Local tranquilo y con pocas mesas. Decoración de corte clásico aunque sin elementos rancios. Vajilla y servicios de mesa correctos. Curioso y llamativo el detalle de que te dejen un número como de taquilla que te sirve de resguardo de los abrigos (nunca lo habíamos visto...).
La carta era muy breve (espárragos, cogollos, jamón y algo más de entrante, chuletón o entrecotte de carne y rape o merluza de pescado). Excesivamente breve si no sabes donde entras a comer (aunque para eso ponen la carta fuera, ¿no?).
Elegimos un entrante ligero (hacía falta después del desayuno de campeón del mismo día por la mañana) consistente en un par de espárragos (grandes) para cada uno acompañados por una mayonesa ligera y una vinagreta tibia. Muy tiernos y sabrosos. Mal el detalle de no cambiar ni platos ni cubiertos manchados del aperitivo consistente en unas chistorrillas fritas.
De principal, lógicamente optamos por el chuletón (ya que de ahí le viene principalmente la fama al local), acompañado por unos pimientos del piquillo asados a la parrilla. El chuletón lo sirven churrascado por fuera y sangrante por dentro (quizás hasta demasiado hecho para nuestro gusto). De sabor intenso y delicioso, no estaba todo lo tierno que se espera de un asador de este nivel y fama (al menos el trozo que le sirvieron a mi mujer). Los pimientos correctos.
Para empujar la comida, optamos por un potente San Roman 2008 (D.O. Toro) que estaba para hacer palmas con las orejas. Otro punto negativo del local fué la excesiva temperatura del vino. No deberían fallar en aspectos tan básicos.
No pedimos postre, y tras los cafés nos obsequiaron con unos chupitos de patxaran, dejando la botellita en la mesa para poder repetir (buen detalle, aunque salimos algo tocados después de vaciarla).
Muy atenta la señora (creo que la jefa de sala o encargada) orientándonos en la salida cuando nos escuchó que buscabamos una dirección donde habíamos quedado.
Unos 130 € para una buena comida. Correcto, aunque espero que nuestra próxima visita al Julian de Tolosa (en Tolosa) se acerque un poco más a las expectativas que me había creado.